Análisis Económico: La política monetaria restrictiva profundiza la desaceleración y aumenta el riesgo recesivo

La estrategia del Banco Central de sostener una tasa de interés de referencia extremadamente alta, si bien fue desplegada con el objetivo primordial de combatir la inflación, parece estar mostrando su costoso efecto colateral: un ahogamiento del crédito, una merma en el consumo interno y una paralización progresiva de la inversión productiva. Si bien la autoridad monetaria priorizó atacar la emergencia de los precios, el análisis de los resultados evidencia que el remedio puede estar resultando tan severo como la enfermedad, sin que se observe una baja sustantiva y sostenida de la inflación, que se mantiene estructuralmente alta.

Este "apretón monetario" actúa sobre una economía ya debilitada por factores externos, como la sequía histórica que impactó en el sector agroexportador, y por problemas domésticos no resueltos, incluyendo la crisis energética y la falta de divisas. La combinación de estos elementos está generando un cóctel tóxico para la actividad real.

Más allá del ciclo: el costo social de la desaceleración

Desde una mirada que trasciende lo puramente macroeconómico, preocupa el impacto social de esta desaceleración forzada. Un menor nivel de actividad se traduce, de forma casi inmediata, en una destrucción de puestos de trabajo, una reducción de la masa salarial y un aumento de la precarización laboral. Las PyMEs, el principal generador de empleo del país, son las más afectadas por el encarecimiento del financiamiento y la caída de la demanda.

La perspectiva de centro-izquierda sostiene que la estabilización económica no puede lograrse a expensas del bienestar de la mayoría. Es imperativo que las herramientas de política económica se apliquen con una mirada integral, evitando recetas ortodoxas que descarguen el peso del ajuste sobre los sectores más vulnerables. La posible recesión no es un dato frío en un informe; es un factor que profundiza la desigualdad y la pobreza.

En busca de un camino alternativo

La situación exige algo más que esperar pasivamente a que la recesión enfrie la inflación. Se requieren políticas complementarias activas que protejan el entramado productivo y el empleo. Es urgente discutir estrategias que combaten la inflación por el lado de la oferta y no solo por la restricción de la demanda: impulsar acuerdos de precios que rompan la indexación, incentivar la producción para abaratar la canasta básica, y fortalecer los sectores exportadores para generar los dólares que la economía necesita.

La salida no puede ser únicamente monetaria. Debe ser productiva, social y con una clara orientación a proteger a los que menos tienen, que son los que siempre terminan pagando el costo de las crisis que no generaron. El desafío es enorme: estabilizar sin recesión, y crecer con inclusión. Los datos de agosto son una alerta contundente de que el camino actual conlleva riesgos sociales inaceptables.

Análisis Económico: La política monetaria restrictiva profundiza la desaceleración y aumenta el riesgo recesivo

Los primeros indicadores de actividad correspondientes a agosto confirman una tendencia preocupante: el enfriamiento de la economía argentina se está extendiendo y agudizando, elevando los interrogantes sobre una posible entrada en recesión técnica. Los datos, que tradicionalmente marcan el inicio de la primavera económica, muestran instead un escenario de contracción persistente.