La opacidad del BCRA sobre el oro argentino en el exterior genera alarmas sobre la gestión de las reservas nacionales

La AGN, órgano constitucional de control externo del sector público nacional, solicitó detalles sobre las casi 30 toneladas de oro físico que fueron trasladadas al extranjero, específicamente a Londres y Nueva York, en el marco de operaciones de canje (swaps) realizadas para obtener liquidez. El BCRA argumenta que se trata de "información reservada" por afectar "el normal desenvolvimiento de las funciones de la institución", un argumento que resulta cuando menos cuestionable para justificar la opacidad en el manejo de un bien público estratégico.

La opacidad como política: un riesgo para la soberanía económica

Desde una perspectiva de centro-izquierda, esta negativa es sintomática de un modelo de gestión que privilegia la discrecionalidad absoluta por sobre el control republicano. Las reservas internacionales, y en particular el oro, constituyen el último resguardo de la soberanía económica de un país. Su manejo no puede estar sujeto a la opacidad ni sustraerse del escrutinio de los órganos de control constitucionalmente establecidos.

La falta de información genera, legítimamente, varios interrogantes de gravedad:

• ¿A qué condiciones exactas se realizaron los swaps? ¿Qué compromisos asumió el país y a qué tasas?

• ¿Dónde está depositado físicamente el oro? ¿En qué entidades custodian este patrimonio nacional?

• ¿Qué garantías existen sobre su integridad? ¿Está adecuadamente asegurado y auditado?

El control democrático como garantía, no como obstáculo

El argumento de que el control afecta el "normal desenvolvimiento" de las funciones del BCRA es profundamente antidemocrático. En un sistema republicano, el control no es un obstáculo, sino una garantía fundamental para prevenir malversaciones, malos manejos y operaciones especulativas que puedan poner en riesgo el patrimonio nacional. La salud de las instituciones se mide por su capacidad para someterse al escrutinio público, no para evadirlo.

Esta opacidad se enmarca, además, en un contexto de fuerte presión sobre las reservas netas y de utilización de instrumentos financieros complejos para obtener liquidez de corto plazo, oftenente con un alto costo para el país. La ciudadanía y sus representantes tienen el derecho legítimo de conocer en qué condiciones se están utilizando los activos que son de todos los argentinos.

La defensa de las reservas y de la soberanía económica pasa, inexorablemente, por la transparencia y el control democrático. La negativa del BCRA a informar no solo es institucionalmente regresiva, sino que genera fundadas dudas sobre la solvencia y la honestidad en la gestión del patrimonio nacional. En una democracia, las cuentas claras no son una opción, son una obligación.

La opacidad del BCRA sobre el oro argentino en el exterior genera alarmas sobre la gestión de las reservas nacionales

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) se ha negado a proporcionar información a la Auditoría General de la Nación (AGN) sobre el paradero y las operaciones realizadas con las reservas de oro argentino depositadas en el exterior. Esta falta de transparencia en el manejo de activos estratégicos de todos los argentinos no es solo una cuestión administrativa, sino un hecho grave que afecta la soberanía económica y debilita los controles democráticos sobre la gestión de las reservas internacionales.