Sturzenegger profundiza el desguace estatal: más desregulación y ajuste, menos controles y derechos laborales

Mientras la inflación sigue golpeando a los trabajadores y las provincias reclaman por el ahogo financiero, el Gobierno nacional anuncia una nueva fase de su "reforma del Estado": más recortes, menos organismos de control y una desregulación que beneficia a grandes empresas. El encargado de llevar adelante este plan es Federico Sturzenegger, el gurú económico de La Libertad Avanza que, lejos de moderarse, ahora aprovecha los últimos días de los "superpoderes" para avanzar con un ajuste estructural que dejará al Estado aún más debilitado.

POLÍTICA

7/8/2025

La motosierra sigue en marcha: ¿hasta cuándo?

Sturzenegger confirmó que no piensa detenerse pese al vencimiento de las facultades delegadas. Entre sus próximos objetivos están:

  • Fusionar el ENRE y el ENARGAS, eliminando controles sobre las tarifas de luz y gas.

  • Recortar el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), dejando al sector sin regulación estatal.

  • Acelerar la liquidación de empresas públicas, en lo que parece un intento por privatizar por decreto lo que no pudo por ley.

Estas medidas se suman a las 70 instituciones ya eliminadas y a los miles de despidos en el sector público. El argumento de siempre: "achicar el Estado para reducir el déficit". Pero la realidad es que el ajuste recae sobre servicios clave y derechos laborales, mientras el Gobierno sigue sin tocar los subsidios a los sectores concentrados (como la energía y el transporte).

El doble discurso de la "eficiencia"

Sturzenegger insiste en que su modelo busca una administración "ágil y eficiente", pero los resultados muestran lo contrario:

  • Colapso en trámites y servicios públicos (desde ANSES hasta el Registro Civil).

  • Aumento de la discrecionalidad en áreas sensibles como precios y regulación de monopolios.

  • Falta de transparencia: mientras se recorta el Estado, no hay auditorías serias sobre el destino de los fondos "ahorrados".

Lo que llaman "desregulación inteligente" no es más que un salvavidas para grandes grupos económicos, que ahora podrán operar sin fiscalización. Mientras tanto, los trabajadores estatales siguen pagando el costo, con despidos masivos y pérdida de derechos.

El FMI aplaude, el país sufre

No es casualidad que estas medidas coincidan con la visita de técnicos del Fondo Monetario Internacional. El organismo ya felicitó al Gobierno por su "ambiciosa reforma del Estado", pero omite mencionar que el ajuste está generando más recesión y descontento social.

Mientras Sturzenegger celebra la eliminación de "burocracia innecesaria", las provincias enfrentan el desfinanciamiento de hospitales y escuelas, y los jubilados pierden poder adquisitivo por una inflación que no cede. ¿Eficiencia para quién?

Conclusión: Un Estado a medida del poder económico

El Gobierno insiste en que "menos Estado es más libertad", pero en los hechos está construyendo un esquema donde solo los más poderosos ganan. Con cada organismo que desaparece, se debilita la capacidad de control sobre los abusos del mercado, se precarizan más empleos y se profundiza la desigualdad.

Sturzenegger puede seguir desregulando, pero el costo político y social de este experimento ya está generando un malestar que ni los superpoderes podrán contener. La pregunta es: ¿hasta cuándo podrá sostener este ritmo sin que estalle el conflicto abierto?

Sturzenegger profundiza el desguace estatal: más desregulación y ajuste, menos controles y derechos laborales

Mientras la inflación sigue golpeando a los trabajadores y las provincias reclaman por el ahogo financiero, el Gobierno nacional anuncia una nueva fase de su "reforma del Estado": más recortes, menos organismos de control y una desregulación que beneficia a grandes empresas. El encargado de llevar adelante este plan es Federico Sturzenegger, el gurú económico de La Libertad Avanza que, lejos de moderarse, ahora aprovecha los últimos días de los "superpoderes" para avanzar con un ajuste estructural que dejará al Estado aún más debilitado.